¿Cómo gestionar las emociones competitivas en jóvenes atleta de maduración tardía o anticipada? 

Todos los que hemos sido entrenadores de atletas menores nos hemos encontrado con la difícil situación de gestionar las emociones de un atleta talentoso de maduración tardía o anticipada. 

Pongámonos en situación. Un atleta talentoso es aquel deportista cuyo potencial físico y psicológico le posibilita destacar en el atletismo.  

Por otro lado, un atleta joven de maduración tardía es aquel que, aunque su DNI y categoría de competición indica que tiene una edad determinada, su maduración física es de varios meses, incluso, años menor. Además, este hecho puede ser incluso más acentuado si su fecha de nacimiento se ubica en el último trimestre del año. 

Ahora comparémosle con un atleta igual de talentoso, pero que sea de maduración anticipada y que su fecha de nacimiento coincida en el primer trimestre del año.  La diferencia de edad de maduración, cuando ambos se ponen en la línea de salida en una competición dada, puede ser de incluso de 5 años de diferencia. 

Los consiguientes resultados y perspectivas competitivas de un joven atleta.

¿Quién va a ganar? En un 99% de los casos el niño o niña que tiene mayor maduración física. Indistintamente del trabajo realizado e incluso del talento genético presentado. 

Esto incluso de complica un poquito más. A medida que pasan los años ¿cómo se igualarán estos dos talentos a nivel madurativamente? 

Cuando estamos hablando de jóvenes atletas femeninas.

Las chicas suelen tener un frenazo a partir de los 15.5 años de edad (ver este link para más información sobre los efectos de la maduración sexual en chicas deportistas).  

Su desarrollo físico está marcado por las hormonas femeninas.  Al desarrollar los caracteres femeninos secundarios se origina una pérdida de fuerza relativa. Esto conlleva que, en determinados momentos, la atleta, con una maduración física tardía, tendrá mayores ventajas con aquellas atletas de maduración anticipada que las ha tenido hasta ese momento.  

Por experiencia empírica sabemos que para determinadas pruebas (las dependientes de la fuerza relativa), las de maduración tardía, aunque luego también desarrollen los caracteres femeninos secundarios pertinentes, mantendrán ventajas competitivas frente a las de maduración anticipada. 

Cuando estamos hablando de jóvenes atletas masculinos.

En los chicos la cosa es diferente. Incluso puede llegar a ser más frustrante a medio plazo. Los chicos siguen el ritmo decretado por las hormonas androgénicas. Así, ellos van ganando capacidad física (fuerza, velocidad y resistencia) a medida que los picos de testosterona aumentan.  

Obviamente el tardío va más retrasado en la ganancia de esta mayor capacidad física. Esto ocurre hasta que su grado de maduración se iguala al del anticipado. Es decir, hasta que ambos terminan su adolescencia, sea en la edad cronológica que sea. 

No obstante, esto no acaba aquí. Aun ya con la misma maduración física existe otro concepto que aun produce un efecto favorecedor para aquellos joven atletas que han presentado un grado de maduración anticipado. Se trata del entrenamiento acumulado, en condiciones altas anabólicas, que el deportista anticipado ha podido desarrollar. En anticipados, a una misma edad adulta temprana, es mayor.

Esto conlleva que durante unos años más, el deportista anticipado conservara su ventaja inicial. una ventaja inicial que poco a poco irá desvaneciendo. 

Añadamos el entrenamiento anticipado en atletas jóvenes a la ecuación.

Todo ello solo teniendo en cuenta únicamente el grado de maduración física. Imaginaros si el entrenador del atleta anticipado ha realizado un entrenamiento reducido de adulto y, en cambio, el técnico entrenador del atleta tardío ha aplicado un entrenamiento de construcción. La diferencia, aunque ficticia a largo plazo, es abismal. 

¿Como actuar según el caso que tengamos que gestionar un joven atleta con maduración alterada? 

Obviamente lo primero que tenemos que hacer es ser conscientes de la situación, y aceptar los pros y los contras de cada una de ellas. Aquí el trabajo psicológico es muy importante. 

Cuando hablamos de jóvenes atletas anticipados. 

En el caso de un atleta anticipado, hay que mentalizarse que la de esa ventaja madurativa de la que disfruta, es temporal y finita en el tiempo.  

Más rápidamente finita en chicas que en chicos, según hemos expuesto anteriormente. 

En entorno del joven atleta también tiene que ser gestionado.

Eso suele ser a veces complicado y en muchas ocasiones, el entorno suele, además, aumentar el problema. Imaginaros, por un momento, en plena diferencia madurativa, que el atleta anticipado llegue a pensar que es un gran talento deportivo. Sumando a que toda motivación la construye en torno a este concepto. Además, que su entrenador se venga arriba (que se vendrá ya que la aplicación de un entrenamiento reducido es una elección tomada con toda consciencia y necesidad) y que quiera forzarle (ayudarle argumentará) a conseguir esos grandes resultados inmediatos. Si encima la familia y redes sociales le aplauden en esa visión de sus resultados y potencial futuro, el problema ya está exponencialmente aumentado. El tortazo y desilusión final será de campeonato. 

Por lo que, aparte de gestionar las ilusiones y la motivación del joven deportista hay que gestionar lo que el entorno, a este aspecto, le proyecta. Si el entrenador lo tiene claro, no suele ser mucho problema, y la familia suele ayudar muy colaborativamente según mi experiencia. 

El problema es cuando el entrenador, club o entorno deportivo es parte del problema. Pero eso ya es otro tema ajeno a lo que hablamos aquí. Pero vamos, la estrategia a usar es la de huir de ahí. 

¿Qué y cómo hay que entrenar si el joven atleta es de maduración anticipada? 

A nivel de entrenamientos yo los suele adelantar. Los ajusto a su edad madurativa. Su desarrollo prematuro tiene que emplearse como una ventaja, no como un inconveniente. 

Ello no supone que le pasemos a un entreno de adulto. Esto sería justo lo contrario a lo argumentado hasta aquí. Sino que, dentro de las etapas establecidas en nuestro modelo de construcción deportiva, lo pongamos en el peldaño equivalente a su edad madurativa. 

De ahí la importancia de tener todo el proceso y sus etapas perfectamente definido. Aquí puedes ver nuestro planteamiento en nuestra escuela de atletismo en palma para niños.

Cuando hablamos de jóvenes atletas tardíos.

Aquí el problema es el inverso. Hay que mentalizar al deportista que no es malo, sino que simplemente los demás están más hechos. 

Aquí podemos ver la importancia que tiene que una Escuela de Atletismo sea un centro educativo orientado al proceso formativo y no un equipo competitivo orientado al resultado. (ver más aquí sobre ello)

Si el Club de Atletismo le da mucha importancia a los resultados y prioriza los éxitos deportivos, tendremos un entorno que frustra a este tipo de jóvenes deportistas. 

En este caso es muy importante que el entrenador acompañe al deportista en sus etapas de maduración. Que el mismo no demuestre prisa por los resultados, que converse constantemente con el deportista haciendo hincapié en su mejoría individual y cualitativa. 

Que gestionar en el entorno del joven deportista.

Con el entorno hay que hacer exactamente lo mismo. Hacerles ver cuál es la situación. Que sean capaces de valorar la mejoría individual y cualitativa de joven atleta. Que aprecien y le transmitan eso, quitándole importancia al resultado inmediato.  

Hacer entre todos, que el deportista sea feliz entrenando y compitiendo, más porque mejorar y se divierte con amigos, que por los resultados que pueda obtener a corto plazo. 

¿Qué y cómo hay que entrenar si el joven atleta es de maduración anticipada?

Ser tardío es una desventaja competitiva a corto plazo, pero es una gran ventaja a largo plazo. Ser tardío conlleva que las ventanas de entrenabilidad (fases sensibles) estén abiertas durante más tiempo. Ello es una gran oportunidad. 

Nuevamente si tenemos claro las etapas del proceso y sus contenidos, simplemente tenemos que hacer más hincapié a ellas. Retrasando el salto cualitativo entre ellas y perfeccionando cada detalla técnico en cada una.  Aqui te explico el modelo utilizado en nuestra Escuela de Atletismo en Palma de Mallorca para Adolescentes.

El objetivo de su desarrollo es la perfección técnica. Tenemos más tiempo. Aprovechemoslo.

Nuestro papel como técnicos de atletas menores.

Nuestro rol como entrenadores tiene que ser formativo, no competitivo.  

Es muy fácil ganar medallas en categorías menores. Basta con escoger a atletas talentosos, de maduración anticipada y aplicarles un entrenamiento reducido de adultos. Los resultados son inmediatos. El tortazo no tanto, pero está más que garantizado. 

Seamos guías de sus sueños, no causa de su desilusión.